Estimad@ Emprendedor/a (Actual o potencial),
Antes de empezar con este post quiero preguntarte ¿Cuánto tiempo hace que no lees algo tranquilamente, sin prisas, aprendiendo de cada palabra que lees? Te pregunto esto porque estas a punto de leer un artículo muy largo pero que tiene la virtud de que cada palabra está pensada para que reflexiones, para que aprendas, para que te conozcas a ti mismo y para que conozcas lo que yo defino como «El Emprendedor Vital«.
Y te lo pregunto para que, si en este momento no tienes tiempo, guardes este post para cuando lo tengas. Me ha llevado más de 3 horas su planificación y redacción y a ti, si quieres aprovecharlo, no te llevará menos de 45 minutos su lectura y consiguiente reflexión. Además, hasta el final del artículo no desvelo lo que es «El Emprendedor Vital» y, aunque vayas directamente al final, necesitarás leer el resto del artículo para entender el concepto en su totalidad.
¡Anda! ¡Hazme caso! Si lo haces puedo prometerte que ¡NO TE ARREPENTIRÁS!
Bien, empecemos.
En mi último artículo y, a la vez, artículo de presentación de este blog, te decía dos cosas:
- Si crees que, por ser estudiante, por estar trabajando por cuenta ajena o por estar en el paro no eres un emprendedor, te equivocas.
- Cada día que te levantas de la cama emprendes; si no te lo crees sigue este blog y verás como el tiempo me da la razón.
Adquirí en dicho post un compromiso contigo que hoy espero cumplir: el compromiso de demostrarte que todos, tú incluido, llevamos un emprendedor dentro.
Tiene cierta lógica que, si comienzo a escribir un blog sobre y para emprendedores, uno de mis primeros artículos sea definir qué son, para mí, los términos emprender y emprendedor.
Lo primero que he hecho, también con cierta lógica, es googelear el término emprendedor. El resultado es el que me esperaba. Definiciones de hace más de cien años y nuevas adaptaciones con la misma raíz. No me valen.
No contento con el resultado, busqué algo más actual. Mi siguiente búsqueda fue «tipos de emprendedores», pensando que nadie se habría acercado a la definición de emprendedor que yo tenía en mente.
En efecto, no he encontrado ninguna referencia que se adapte a mi idea, aunque si he encontrado algunos buenos trabajos.
Debo agradecérselo a Negocios y Emprendimiento, que me lleva a dos recursos muy interesantes:
- Este eBook llamado El arte de crear riqueza (Descarga gratuita aquí) escrito por Eduardo Remolins, a quien no tenía fichado pero que seguiré de cerca a partir de ahora.
- Este enlace que venía referenciado del artículo anterior y que, curiosamente, llevaba el texto de anclaje «todos somos emprendedores potenciales«. Texto muy en la línea de lo que comento yo en las dos citas con las que doy comienzo a este post.
He decidido que la mejor manera para valorar si el Sr. Remolins cubre todos los tipos de emprendedor que yo tengo en mi cabeza es valorar qué tipo de emprendedor soy yo mismo en relación a sus arquetipos.
Me gusta mucho la literatura y «magia» con la que el autor define a los 8 arquetipos de emprendedores que él delimita en su libro (1. Inventor 2. Artista 3. Capitán 4. Canciller 5. Mercader 6. Coleccionista 7. Tesorero 8. Arquitecto). Pero para ser más prácticos utilizaré los nombres que da este artículo en su análisis del libro que, quizá, den una idea más clara a simple vista de las características de cada emprendedor.
¿Quizás encaje en varios? Te invito a que hagas el mismo ejercicio conmigo. A que desnudes tu personalidad emprendedora y comparemos nuestros resultados. Y si aún no has emprendido, puedes soñar qué tipo de emprendedor te gustaría ser.
Fortalezas: Son muy versátiles y se atreven con cualquier entorno. Son vocacionales y pasionales, lo que les vuelve más comunicativos y persuasivos. Tienen poca aversión al riesgo.
Debilidades: Está permanentemente abriendo puertas, pero no cierra ninguna. El resultado es que puede ser percibido como inconstante, porque cambia de objetivo continuamente.
La verdad es que si me considero tal. En 5 años me he atrevido con todo esto.
Creo también que he sabido (aunque me ha costado aprenderlo) superar las debilidades de este tipo de emprendedor.
He sabido cerrar puertas y he sabido guardar algunas ideas en el cajón, hasta que sea el momento oportuno de sacarlas, mientras que antes, simplemente se me ocurría una idea y la lanzaba.
Fortalezas: No están satisfechos con su situación profesional o económica y deciden indagar nuevos rumbos. Son constantes y tenaces, por lo que acaban descubriendo la mejor manera de “obtener el pan de cada día”.
Debilidades: A menudo les cuesta encontrar el rumbo, la actividad emprendedora les elige a ellos y no al revés, por lo que necesitan desarrollar un poco la personalidad empresarial. También tienden a dejarse llevar fácilmente por el desaliento ante el primer bache económico, pero suelen repetir la experiencia.
Quizá es el arquetipo en el que mejor me siento. Si no me hubieran despedido, si no hubiera sufrido un divorcio en ese mismo periodo, si no me hubiera encontrado con todo en mi contra, quizás nunca hubiera reaccionado.
Con lo que no encajo es con la debilidad descrita. A mí, la actividad emprendedora, no me eligió. Recuerdo que cuando estudiaba dirección de hotel la asignatura de marketing me apasionaba. Recuerdo mi primera entrevista de trabajo con Antonio Catalán, presidente de AC Hoteles (si, entré enchufado, ya hablaré de ello en mis próximos posts). Sentados en su despacho tuvimos la siguiente conversación:
- AC – ¿Qué crees que puedes aportar a mi cadena?
- @JaimeChicheri – ¡Me entusiasma el Marketing!
- AC – ¿Y has estudiado 5 años de dirección hotelera para dedicarte al marketing?
En ese momento no supe que responder. Antonio había sido un referente y, para mí, valía tanto su opinión que me llegué a cuestionar si me estaba equivocando.
9 años después todos mis proyectos están relacionados con el Marketing y gran parte de ellos también con la hotelería.
No me equivoqué; ni en lo que estudié, ni en lo que respondí a Antonio.
Fortalezas: Tiene una visión excepcional para salir indemne de todas las crisis. Sería el que tiene el capital y decide crear una compañía. Busca la rentabilidad por encima de todo.
Debilidades: Su búsqueda constante de la rentabilidad les agudiza su aversión al riesgo, lo que puede paralizar grandes proyectos. El hacer dinero, sin más, rara vez estimula lo suficiente como para seguir creyendo en el proyecto una vez que se produce un bache. Se implican poco en el día a día.
Este arquetipo no encaja para nada con mi primera fase de emprendeduría (2008-2013). Más que nada porque el capital que tenía era, para hacer crecer mi propio negocio, para vivir, para ahorrar por si venían vacas flacas.
Quizá esta mentalidad conservadora la he heredado de mi viejo, «El Tuerto» (te recomiendo seguir su blog), de quien hablaré mucho en este blog, dado que ha sido una gran influencia para mí en todos los sentidos.
No ha sido hasta mis últimos años de emprendeduría que he pensado en invertir en otros proyectos y, como consejo, te diré que la inversión en las ideas de otros no me ha ido tan bien como la inversión en mis propias ideas.
En este caso estoy muy de acuerdo con la aseveración de que «hacer dinero, sin más, rara vez estimula lo suficiente como para seguir creyendo en el proyecto una vez que se produce un bache. Se implican poco en el día a día». De hecho ,se me ha cumplido absolutamente en cada proyectos cuyo objetivo único era hacer dinero.
Para finalizar este punto, he de decir que yo no soy quién para hablar de proyectos como inversor. Mis inversiones han sido mínimas y el riesgo también.
Como decía al inicio de este punto soy muy conservador. Cuando veo que, amigos y conocidos míos invierten grandes sumas de dinero en proyectos de dudosa rentabilidad, la verdad es que se me pone la piel de gallina. Sobre todo con la cantidad de proyectos y posibilidades que hay hoy día y con los ahorros de costes que Internet nos permite. Yo lo tengo claro: si yo me hundo no arrastraré ni personas ni deudas conmigo; y es algo que me da un sosiego que no percibo en los que denomino «inversores de riesgo»
Fortalezas: Tiene una mente muy racional y analítica, que le permite detectar donde se hacen las cosas de una forma poco práctica. Percibe los detalles más mínimos y saca conclusiones insospechadas. Suelen ser muy versátiles y descubren los “océanos azules”.
Debilidades: Su exceso de análisis puede hacer de ellos empresarios muy fríos y poco implicados, a los que les falta un punto de comunicación y don de gentes.
Me gusta este arquetipo y, en parte, me identifico con él, con la salvedad de que yo creo mis oportunidades. No las busco. No las cazo. Y al tenerlo tan claro no peco en exceso de análisis tal y como reza la debilidad de este arquetipo.
Es cierto que, cuando soñaba con mis primeros proyectos y estaba en mi zona de confort, era excesivamente analítico y, aunque viera oportunidades, el análisis me frenaba. Pero el motivo lo tengo claro: el exceso de análisis no era mas que miedo a salir de mi zona de confort.
Fortalezas: Es un ejemplo extremo de lo que es un emprendedor por casualidad o por accidente, pero es cierto que son muchos los grandes empresarios que reconocen el papel del azar en sus inicios. Tienen una gran capacidad de adaptarse a los cambios, saben aprovechar los contratiempos.
Debilidades: La fortuna les ha sonreído y por ello muchas veces les falta implicación en el proyecto. Les conviene racionalizar un poco el proceso empresarial.
Definitivamente lo soy pero… ¿Tuve Suerte?
Pero… ¿Qué habría pasado si no hubiera aprovechado lo que mi familia ofrecía? ¿Qué habría pasado si al ser despedido no hubiese tenido una mentalidad optimista? ¿Qué habría pasado si mi primer negocio, a pesar de que disfrutaba de una situación en el tiempo muy favorable, no lo hubiese trabajado como lo hice (y sigo haciendo)? ¿Qué habría pasado si no me hubiese lanzado a decirle a Juan «Oye, ¿y si nos montamos algo?» tras una conversación en una cafetería de Madrid precedida de una primera conversación en Linkedin en la que yo le pedía presupuesto para una web?
La suerte tiene su papel pero creo que hay que trabajarla.
Fortalezas: Tienen un punto de agudeza visual para detectar dónde se están cometiendo errores y encontrar la forma de hacer algo diferente. A menudo son individualistas y corren el riesgo del protagonista de la película: enfrentarse a gigantes sin apoyos. Su éxito pasa por la cooperación.
Debilidades: Rara vez se ocupan de coordinar los diferentes departamentos. SI es especialista de producción, olvida los departamentos de RRHH o Marketing. Otro punto débil es que el mercado es más limitado y en épocas de crisis económica pueden encontrarse sin clientes
Al haber emprendido con varios proyectos hay algunos que encajan más que otros en según qué arquetipos. En este caso, el que más encaja es eRevenue Masters. Me viene a la cabeza este proyecto por lo de «detectar errores y encontrar la forma de hacer algo diferente». Básicamente es lo que hago en la sección «valores diferenciales» de este proyecto y, de hecho, en rara ocasión acepto proyectos de clientes que no saben qué responder a mi habitual pregunta de «¿cuál es tu valor diferencial?».
Mi consejo: No emprendas si no tienes un claro valor que te diferencie de la competencia.
Fortalezas: Se han ganado un prestigioso sólido en su sector que les avala para lanzarse a emprender. Suelen ser empresas pequeñas muy personalizadas, tipo boutiques. Tienen una fe inquebrantable en sí mismos y sus proyectos. Son perseverantes e inasequibles a su desaliento, lo que a veces puede ser interpretado como una negación de la realidad.
Debilidades: La gente sigue más al individuo que al norte, es decir que al objetivo de la empresa. Esto tiene un riesgo claro y es que cualquier muesca en la imagen del directivo puede hacer zozobrar el barco, pero además suelen tener la limitación en el crecimiento.
Este es otro de los arquetipos en los que más encajo. En concreto, encajan todos mis proyectos relacionados con Revenue Management: eRevenue Masters, al que ya he hecho mención en el apartado anterior, mi libro y mi blog sobre marketing para hoteles.
Fue este último, el impulsor de todos y fundamentalmente lo inicié porque estaba estudiando un máster sobre ese tema y se me ocurrió guardar una bitácora al respecto.
Por aquel entonces nadie o casi nadie hablaba sobre ello, no ya solo en España, sino en español. Esto hizo que rápidamente ganase cierto prestigio respecto a esta materia (en el país de los ciegos el tuerto es el rey).
Lógicamente, si no hubiera seguido adelante y no hubiera combinado el plano teórico con el práctico, no habría logrado la credibilidad que hoy tengo sobre esta materia.
Respecto a la debilidad de este punto quizá, antes, cuando el mundo 2.0 no permitía todo lo que permite, le hubiera dado la razón al autor. Pero en los tiempos que corren pienso que el individuo no limita a la marca sino que impulsa su crecimiento.
Sí que coincido con el autor en que hoy los inversores tratan de huir de proyectos basados en personas. Pero esto es otra historia.
Fortalezas: Tienen gran personalidad y son capaces de seguir su primer impulso contra viento y marea. Poseen una gran empatía y capacidad de escucha. Desbordan pasión en lo que emprenden. Tienen una gran capacidad de asumir riesgos y saben escuchar
Debilidades: En su virtud encuentran su pecado. Efectivamente, la excesiva pasión del emprendedor intuitivo que les impulsa a seguir un camino que difícilmente saben explicar puede ser interpretado por sus colaboradores como falta de claridad y puede generar sensación de vértigo en los demás.
Cada día soy este tipo de emprendedor y he de reconocer que más en lo que a la debilidad se refiere que en la fortaleza. Pero soy consciente y trabajo en ello cada día.
Y aquí tienes mi último consejo respecto a estos ocho puntos: no solo analices en qué arquetipos encajas (recuerda, puedes pertenecer a más de uno como ves en mi análisis). Ve más allá y valora en qué debilidades patinas. Trata de trabajar a diario para superarlas.
(te recuerdo El enlace)
Yo pienso que esta crisis que estamos ya pasando (algunos dirán que no pero ese debate no es el objetivo de este post) ha creado un nuevo tipo de emprendedores (yo soy uno de ellos) que, como veis, encajan perfectamente en varios de los arquetipos de Remolins.
Además, como ya comentaba en mi primer post, también al inicio de este y como habéis visto que Javier Díaz de Negocios y Emprendimiento (ver enlace al que hacía mención al iniciar este apartado) todos somos emprendedores potenciales.
Una madre que idea una forma nueva de organizarse, es una emprendedora. Un emprendedor que siempre está dando vueltas a su negocio o a cómo mejorarlo, es un emprendedor. Un trabajador por cuenta ajena que está continuamente mejorando la ejecución de sus responsabilidades y proponiendo cosas nuevas, también lo es. Un niño que tiene dos construcciones de lego, digamos un avión y un barco y combina ambos para hacer su propio hidroavión también.
Sé que va a sonar muy drástico, pero pienso que quien lea el enlace del artículo al que hago referencia y no sienta que encaja o podría encajar con lo que en este se dice, ha perdido las ganas de vivir, de hacer algo diferente, de dejar su huella… En definitiva. Está muerto. Biológicamente vivo pero «vitalmente» muerto (aunque suene redundante).
Y aquí es donde doy pie al nuevo concepto de «Emprendedor Vital«. Para mí un emprendedor no tiene por qué haber emprendido nada empresarialmente para serlo.
Algunas de las cualidades que reúne este nuevo emprendedor que trato de definir son:
No te preocupes. En próximos posts también iré definiendo estos 6 puntos más a fondo y cómo yo he empezado a aplicarlos.
Personalmente pienso que aunque dejara de trabajar por cuenta propia (que esto ocurriera es hoy mi peor pesadilla), seguiría considerándome emprendedor.
Por último, quiero que te quedes con esta reflexión:
Desde el momento que tienes un sueño, cuan emprendedor serás, depende de los pasos que estés dispuesto a dar para alcanzar ese sueño – @jaimechicheri
Y esto es básicamente lo que pretendo con este blog y con este post; animarte a dar esos pasos.
Espero que hayas llegado hasta aquí y que hayas disfrutado desnudándote y conociéndote a ti mismo tanto como yo redactando este post y, paralelamente, haciendo el mismo ejercicio que te he pedido a ti.
Para terminar:
¡Nos leemos!
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hola:
Gracias por compartir tus conocimientos!!; personalmente me he visto muy reflejado en el visionario, de hecho soy totalmente como describen las fortalezas y las debilidades. El miedo al fracasao, arrastrando a familia, me sirve de excusa para no lanzarme, ante las numerosas ideas que he tenido, tengo y tendré.
Te seguiré leyendo y aprendiendo, a ver si doy el paso!
Hola Enrique,
Gracias a ti por tu comentario.
Mi consejo es que no lo veas como un proyecto al que lanzarte. Míralo como un hobby. Como cuando preparas un viaje. Ve haciendo un poquito cada día "sobre papel". Sueña con ello.
Llegará un momento en el que lo tengas todo tan claro y tan bien definido que lanzarlo será lo de menos.
Ojo, si has leido todo a fondo entenderás que si tu proyecto es el de un "emprendedor de riesgo" este consejo puede que sea un poco irreal.
Espero tus avances con los brazos abiertos.
Excelente trabajo.
Emotivo y muy intenso. Se nota que va parte de tu alma en él, aunque nunca se pierde alma cuando se da.
También algo difícil o, más bien, denso de leer para alguien que tiene aún mucho que aprender pero poco que emprender.
Un abrazo y sigue con ese entusiasmo, anímico y físico.
Muchísimas gracias por tus palabras,
El alma va en él. Este blog me ha dado la libertad de expresión que mi otro blog no me daba. La estoy disfrutando como un niño.
Se que es denso. Lo aviso al inicio del post, pero también se que, para el público al que va dirigido, si siguen mis indicaciones, va a ser muy útil.
Este post, más que buscar cantidad de lectores, busca lectores que quieran y puedan dedicar un buen rato a conocerse.
Gracias por pasarte por aquí.
Hola Sr. Jaime,
Muy buen post, me gustan las ideas y reflexiones que ofreces.
Muchas gracias por el trabajo,
Un cordial saludo
Gracias Edu. Un abrazo fuerte.